LAS FOSAS DEL SILENCIO - 2ª PARTE

Fusilaré a diez catalanes por cada hombre muerto de mi guardia." Con este lema, el general Antonio Sagardía Ramos entró a sangre y fuego, abril del 1938, en el Pallars Sobirà. Su 62a. División atemorizó la población, que sufrió numerosas acciones de represalia, sobretodo cuando había alguna incursión republicana. Mucha gente, atemorizada por los comentarios de los que huían de Aragón, se marcharon a Francia o Andorra. Pero otros se quedaron, confiados que no les tenía que pasar nada. Poco se pensaban que un día los vendrían a buscar a casa, cargarlos en un camión y fusilarlos en un campo o una cuneta.